Argumento
Fahrenheit 451 cuenta la historia de un sombrío y horroroso futuro. Montag, el protagonista, pertenece a una extraña brigada de bomberos cuya misión, paradójicamente, no es la de sofocar incendios, sino la de provocarlos para quemar libros. Porque en el país de Montag está terminantemente prohibido leer. Porque leer obliga a pensar, y en el país de Montag está prohibido pensar. Porque leer impide ser ingenuamente feliz, y en el país de Montag hay que ser feliz a la fuerza...
Personajes
Guy Montag es bombero. En las primeras páginas del libro se considera feliz. Ejerce su profesión y no cuestiona. Es un autómata más de la sociedad. Es un hombre tranquilo, sin mayor preocupación que su trabajo y volver a casa. Sin embargo, un día encontrará a una niña que cambiará el transcurso de su vida y de la novela. Esa niña es Clarisse. Una joven cortada por un patrón diferente y de la que rehuirá de sus palabras. Hasta que le haga una pregunta: "¿Eres feliz?". A partir de ese momento Montag comienza a sumergirse en una vorágine de cambios emocionales que sacudirán su vida y la narrativa.
Esa catarsis provoca el nacimiento de un nuevo Montag: intranquilo y nervioso, temeroso de que el capitán o sus compañeros del cuartel de bomberos descubran su nuevo yo, amante de los libros: en los que empieza a ver el sentido a de todo a lo que ha renunciado la sociedad. Un Montag más enérgico nos hará recorrer las páginas a un ritmo algo más frenético que en la primera parte de la novela.
Para la tercera parte de la novela, Montag es consciente de ser un fugitivo. Un apátrida para el mundo y la sociedad en la que vive. Le hace volver a adoptar un carácter tranquilo.
Montag es el motor de la novela. El libro está contado bajo su perspectiva, variando según el momento de la trama en el que nos encontremos. Siendo en un primer momento un Montag con personalidad más opaca, veremos cómo Clarise consigue provocar grietas en esa fachada de piedra. A raíz de eso, Montag vivirá un proceso de deconstrucción personal, cambiando el enfoque de la novela hacia sus nuevos temores y preocupaciones. El autor consigue dirigir la novela con cambios de ritmo a través de Montag: pasando de una primera parte lenta en la que nos presenta el mundo distópico en el que ocurre la trama y los personajes. A continuación, Bradbury acelera el ritmo en una segunda parte frenética, en la que un Montag que atraviesa una crisis existencial huye de todo lo que fue su mundo, rompiendo con todo lo establecido. Para terminar, el autor dispone a un Montag tranquilo, decidido con el futuro que le espera.
Es sin duda un personaje completo y bien desarrollado, que consigue transmitir al lector en todo momento su estado emocional: desde la opacidad inicial a descubrir, a la desesperación al comprender que su vida carece de sentido y queriendo encontrar un nuevo rumbo. Ello hará que conectemos con Montag en todo momento, haciendo nuestros sus descubrimientos, conectando poco a poco con el personaje en su proceso de transformación personal a medida que pasan las páginas de la novela.
Mildred es la esposa de Montag. Mildred es un personaje secundario que sirve para transmitir al lector hasta qué punto la sociedad de la novela está hueca. Mildred es apática, cuya única preocupación es tomar las pastillas, ver la televisión o conducir a toda velocidad. Esos son los únicos pasatiempo para ser "feliz" y apaciguar esa sensación de vacío. Mildred le tiene pavor a los libros y a todo lo que conllevan. Nos permitirá conocer la sociedad y su funcionamiento a través de varias escenas icónicas.
Un gran personaje secundario que hace bien su función.
Clarisse: es una chica joven y divertida. Es considerada loca por todos y ella tiene ese concepto de sí misma al verde diferente del resto. Clarisse disfruta de una buena conversación, de un debate o de percibir el mundo a través de los sentidos. Cuestiona todo lo que ve, sin importar si está bien o mal. Es una chica risueña que hará las veces de catalizador: la trama principal empieza a tomar forma una vez que Clarisse comienza a interactuar con Montag, haciendo que se cuestione todo, hasta su propia felicidad.
Sin embargo, a pesar de su importancia en la narrativa Clarisse es un personaje de poco peso. A pesar de estar presente en la mente de Montag en toda la novela, tiene una actuación bastante corta que comprende poco más del inicio del libro. La función de Clarisse es encender la mecha que hará explotar la narrativa y la vida de Montag por los aires. Bradbury se vale de este personaje para introducir al lector en el hilo principal, haciendo que conectemos con Montag en unas pocas páginas.
El capitán Beatty es el jefe del cuartel de bomberos en donde trabaja Montag. De carácter mordaz y astuto, Beatty conoce los libros que quema. Tanto es así que consigue convencer a Montag cuando comienza a tener sus primeras dudas de que leer es algo nocivo para la sociedad. Beatty se convertirá en una especie de villano improvisado durante la segunda parte de la novela.
Faber es un profesor de literatura jubilado. Es una de esas personas que leen en secreto y, en contra del resto de la sociedad, aman los libros. Ayudará a Montag en su proceso de evolución: haciendo las veces de mentor, guiará sus pasos hacia su nueva vida. El profesor Faber vivió la época en la que la sociedad renunció de forma voluntaria a los libros. A pesar de haberse rendido a esa evidencia, aún siente la necesidad de hacer algo para revertir el proceso, y ve en Montag alguien con quien colaborar para intentar volver a la sociedad a tiempos en los que los libros no eran delito.
Técnica
Ray Bradbury dispone una narrativa en tercera persona de narrador omnisciente, haciendo concordar el paso de las páginas con la evolución interior de Guy Montag. Acelerando y frenando según conviene, Bradbury consigue transmitir a través de su protagonista la desesperación que todos podemos sentir en un momento en el que nuestra vida ha perdido el rumbo. Ese proceso de sentir que el mundo se viene abajo y navegamos a la deriva hasta poner la primera piedra de un nuevo camino. Creo que esto es lo que más me ha gustado de la novela. Farenheit 451 es la historia de cómo la vida de un hombre se hace pedazos y busca desesperado una forma de remendar y reconducir su vida.
En cuanto al estilo, el autor propone una escritura ágil. Sin entretener demasiado al lector en descripciones y avanzando de forma constante, aunque a intensidad variable. La novela está dividida en tres partes bien diferenciadas: una primera parte de mayor duración en cuanto a espacio temporal en la que Montag disfruta de ser feliz siendo bombero. Sin embargo, Clarisse aparecerá para traer un fogonazo de luz. El ritmo de escritura en el inicio es lento, ya que lo más relevante que ocurre tiene lugar en las conversaciones de Montag con Clarisse. En la segunda parte, en la que Montag anda a la deriva buscando una nueva identidad y luchando consigo mismo, el ritmo varía y comienza a ser más rápido. Por último, el ritmo de la tercera parte va de más a menos: comenzando por una persecución en la que iremos desbocados al lado de nuestro protagonista, hasta terminar en un final tranquilo y sosegado.
En cuanto al escenario planteado, Bradbury nos sitúa en un futuro que parece ser no muy lejano al nuestro. Sin embargo, la guerra parece ser un ente constante que rodea la narrativa, apareciendo constantemente en conversaciones de los protagonistas.
El final es muy abierto. Creo que es una decisión acertada por parte del autor, puesto que el mismo personaje acaba de aceptar cuál es su destino y desconoce qué tipo de futuro le puede esperar. Ni siquiera él sabe qué puede suceder, puesto que es un fugitivo al margen de la sociedad.
A destacar
Lo más interesante del libro es cómo el autor usa a su protagonista para transmitir una idea muy concreta: la desesperación de no saber qué hacer con tu vida al desmoronarse, haciendo que empaticemos con él desde el principio y metiéndonos en el papel.
También es interesante la idea de sociedad en la que transcurre la novela: una sociedad que busca ser feliz a cualquier precio y buscando el placer inmediato. Un mundo que no quiere pensar y busca el automatismo de todo. Un mundo poblado de gente vacía, sin inquietudes, y que renuncia a los libros de forma voluntaria. Algo que hoy día no parece estar muy alejado de la realidad. Bradbury consigue inocularnos página a página la idea de poder llegar algún día a un mundo así. Lo cual me parece escalofriante, y en lo que se ve un autor de gran talento.
Disgustos
En algunas partes los personajes no acaban de convencer, faltando quizá algo más de texto para conectar ciertos pensamientos de los personajes con lo que realmente quieren llevar a cabo y terminar de convencer al lector.
Las tres partes en las que está dividida la novela funcionan como tres piezas independientes, con diferente estilo y ritmo, siendo el cambio demasiado brusco en el inicio de cada capítulo.
En definitiva, aunque la novela plantea situaciones creíbles y una historia interesante, pero le falta algo de fuerza en algunos momentos.
Valoración personal
7,5 / 10
Farenheit 451 es una distopía que pone en pie una sociedad hueca en la que leer está prohibido. Se llevan a cabo acciones de control social, persecución y castigo de todo aquel que no comulgue con la idea de sociedad. Una humanidad que se opone firme contra todo tipo de conocimiento, haciendo ver que la ignorancia general es la única forma de ser feliz.
Bradbury consigue transmitir la idea de un mundo vacío envuelto en un totalitarismo férreo, pero que parece haber renunciado de forma voluntaria a pensar. Una sociedad que busca estímulos inmediatos.
Con un estilo ágil y una narrativa dinámica, el autor solapa el desarrollo de la trama principal de la novela al desarrollo emocional de su protagonista: Guy Montag, un bombero que acaba convertido en una especie de apátrida y fugitivo de lo que una vez conoció como sociedad y felicidad. En pocas páginas, el autor consigue dibujar a la perfección la idea que quiere transmitir al lector: el temor de estar avanzando hacia lo que puede ser un punto de no retorno.
Los personajes están bien construidos y se aprecia un gran trabajo en el planteamiento de la narrativa. La narrativa principal, el proceso de deconstrucción personal que sufre el protagonista al darse cuenta de que no es feliz, se verá rodeada de varios hilos argumentales secundarios que completan la novela. Como punto negativo subrayaría que en algunos tramos, a la novela le falta potencia para terminar de transmitir al lector aquello que los personajes quieren llevar a cabo. Quizá una novela con más texto habría sido una solución.
Igualmente, es un clásico de la ciencia ficción distópica. Una trama que convence y que transmite al lector aquello que el autor desea. Un grupo de personajes carismáticos que cumplen con su papel y un escenario de guerra que nos absorberá.
Sin duda, Farenheit 451 es un clásico que debe tener hueco reservado en nuestras estanterías. Si buscas un texto de ciencia ficción, o si te gusta el género de las distopías, en Farenheit 451 encontrarás lo que buscas.
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