viernes, 2 de abril de 2021

Loba negra - Juan Gómez-Jurado


Argumento

Vuelve Antonia Scott en la esperada continuación de Reina roja.


SEGUIR VIVA

Antonia Scott no tiene miedo a nada. Solo a sí misma.


NUNCA FUE

Pero hay alguien más peligroso que ella. Alguien que podría vencerla.


TAN DIFÍCIL

La Loba negra está cada vez más cerca. Y Antonia, por primera vez, está asustada.


Personajes

Juan Gómez-Jurado vuelve a proponer un elenco de personajes que son el reclamo principal de su novela. Una suerte de binomio fantástico. Antonia Scott y Jon Gutiérrez. Jon Gutiérrez y Antonia Scott. En Loba negra veremos que no hay uno sin el otro. Que donde termina Jon empieza Antonia, y al contrario. La propuesta más interesante de Juan Gómez-Jurado es esa especie de ósmosis entre Antonia y Jon. Hay un poco de Antonia en Jon y poco a poco vemos algo de Jon se cuela dentro de Antonia. Lo cual va in crescendo a la vez que la trama se va complicando. 

En este libro veremos como los personajes son llevados al extremo. Gómez-Jurado exprime a sus personajes: todos los personajes del libro parecen retorcidos hasta quedar arrinconados en un rincón oscuro dentro de sí mismos. Personajes desgraciados, desquiciados, tristes… Personajes que sufren y están rodeados de alguna problemática de la que se vale el autor para crear tensión narrativa. Es en ese entrecruzar de problemáticas internas de cada personajes donde Lobra Negra gana peso, y con lo que su autor saca músculo. Sin duda un gran acierto.

Además, otro de los aspectos que más destacaría es que los personajes sufren una evolución palpable a la vez que la trama se va complicando. De forma paralela a sus propias problemáticas internas, las subtramas de cada personaje van ganando en complejidad, consiguiendo inquietar al lector.

Todo comienza igual que terminó la novela anterior, pero a medida que avance el hilo narrativo descubriremos que aquello que les preocupa ha ganado posiciones en las prioridades de los protagonistas. Antonia se está enganchando a sus pastillas, pero volviéndose más humana. Jon empieza estar cansado del trabajo, pero le ha cogido cariño a Antonia… Esa manera en la que ambos personajes viven una relación tan particular nos hará querer estar con ellos: saber más y más. 

Jon vuelve a ser el personaje principal de la novela: humanizando a Antonia, ayudando y protegiendo. Alguien leal y con gran sentido del deber. Un personaje muy divertido, que nos hará reír en muchos momentos y del que se vale el autor para lograr una historia creíble y bien cosida. Un protector, el inspector Gutiérrez es para mi gusto el personaje que más aportará a la novela. En esta ocasión descubriremos a un Jon más resolutivo, que no siempre se queda a la espalda de Antonia mientras ella deduce. De nuevo vuelve a ser el velcro que mantiene al lector unido a la trama y sobre todo a la mente de Antonia Scott, impidiéndonos desconectar. Veremos que es capaz de aportar a la investigación mucho más de lo que pudimos creer en Reina roja. 

Antonia es Antonia. Sigue siendo el ser humano más inteligente del planeta, pero en esta ocasión veremos que algo de Jon se ha colado dentro de ella. Una evolución, al principio leve pero que cambiará por completo al personaje a lo largo de la novela. La Antonia Scott de Loba negra es más sensible, más humana. Alguien azorada por sus demonios internos: la relación con su padre, el cambio de perspectiva hacia su marido en coma, su hijo… Vemos a un personaje mucho más preocupado por cuestiones mundanas, lo que le convierte en mucho más interesante y accesible para el lector al poder proyectarse en ella en cierto modo. 

La historia de Lola Moreno es un auténtico drama, y a la vez uno de los ejes sobre los que se mueve la narrativa principal y varias tramas secundarias. Un personaje fuerte y con gran determinación. A primera vista una pija rancia adinerada, pero nada más lejos de la realidad. El personaje demuestra gran determinación y un deseo irrefrenable de seguir con vida, con ese plan de vida feliz e ideal que siempre había imaginado desde niña. Resulta un personaje que se irá descubriendo mucho más complejo de lo que a priori nos presenta la novela. Un personaje imprescindible, redondo y bien construido, que suma y aporta de forma notable al desarrollo de la novela.

Los personajes secundarios vuelven a jugar un papel fundamental en la trama principal. Los mafiosos del clan Orlov, la subtrama de la loba negra, los policías Romero y Belgrano, Mentor… Todos suman su granito de arena para lograr una novela redonda y una trama global de mayor complejidad que su predecesora.

De nuevo, el cómo interactúan los personajes entre sí es el reclamo principal de la novela. Gómez-Jurado vuelve a lograr esa chispa, esa descarga eléctrica cada vez que dos o más de sus personajes interactúan, especialmente Antonia y Jon. El modo en que sus personajes conversan se convierte en duelos cruentos, a los que el lector asiste como quien ve un partido de tenis. Personajes con una voz muy bien diferenciada. Nos basta leer las primeras palabras de inicio a continuación de cada raya de diálogo para saber quién habla. 

También creo que merece la pena destacar el trato de personajes femeninos. Sin esperpentos ni aspavientos. El autor dispone un elenco de personajes femeninos robustos, de gran complejidad y con un papel fundamental en la trama. 


Técnica

La estructura es similar a Reina roja, aunque esta vez el narrador parece tener un tono más ácido y orientado hacia el humor negro. La trama va ganando en complejidad a medida que avanzamos las páginas de la novela. La novela viene dividida en cuatro partes, cada una de ellas protagonizada por un personaje diferente. 

Parece que la acción de verdad comienza en este libro. La sensación que tuve al empezar a leer Reina roja fue de estar comenzando un proyecto narrativo que comprende varios libros, comenzando por El paciente, siguiendo por Cicatriz y concluyendo con Loba negra y Rey Blanco. Algo que debía ser contado en más de una novela. Una trama que necesariamente debía extenderse por más de una novela. Loba negra es la prueba de ello. Gómez-Jurado nos muestra que los tres libros anteriores son un preludio para comprender hasta qué punto llega la trama. En Loba negra comienza la acción de verdad.

Al igual que en Reina roja, veremos una trama que sigue siendo algo lineal. Sin embargo, en este libro se vuelve algo más densa y oscura, de mayor intensidad. Los personajes son puestos a prueba, retorcidos por una trama que les viene grande en un principio y contra la que deben bregar al verse sobrepasados en un primer momento y a la que deberán sobreponerse.

La novela contiene multitud de referencias, amén de mayores conexiones con los libros de Cicatriz y El paciente, que son en gran medida el soporte para la trama junto con Reina Roja. En toda la historia se percibe una gran sensación de uniformidad. 

Habiendo leído el resto de libros, al comenzar Loba negra sentiremos que todo ha merecido la pena. Que todo lo que hemos leído y pasado para llegar hasta aquí merece la pena. La novela contiene multitud de referencias. A modo de Easter eggs, ocultos y diseminados por las páginas, encontraremos referencias a canciones, otros libros, a los compañeros de Todopoderosos y Aquí hay dragones, a Stephen King, pero sobre todo a sus novelas anteriores de El paciente y Cicatriz. Loba negra es el punto en el que comprenderemos hasta qué punto haberlas leído es importante. Esa uniformidad en la historia es otro de los reclamos y por lo que merece la pena adentrarse en sus libros y conocer al dúo Scott-Gutiérerz. En palabras del autor: el proyecto de la saga de Reina roja viene gestándose desde hace más de diez años, y con el que llegó a trabajar hasta en cinco manuscritos al mismo tiempo. 

El ritmo de la novela vuelve a ser rápido, con un lenguaje conciso y muy ágil. De estilo directo y con un narrador en tercera persona, los personajes nos conducirán a trompicones hacia un final inquietante. De nuevo, Juan Gómez-Jurado nos pide que no comentemos nada sobre el final de su novela, pero sin duda es un motivo más que justificado que nos hará devorar la siguiente novela, y puede que última, de la saga: Rey blanco. 


A destacar

Uniformidad en la historia con respecto al primer libro y con las precuelas. No parece haber interrupción alguna entre ellos, consiguiendo interconexión y fluidez, y logrando una narrativa global de gran complejidad y calado.

La trama se va retorciendo a la vez que sus personajes, complicandose todo página a página.

La novela plantea multitud de referencias y guiños a Sabina, Stephen King, sus compañeros de Todopoderosos (hasta el chino al que Arturo González Campos llama mi dios)... Lo que nos da a entender el trabajo de Gómez-Jurado a la hora de estructurar la novela. Dichos elementos nos harán sonreír cuando los encontremos, aunque de pasarlos por alto no repercuta en la trama.

Gran trato hacia sus personajes, especialmente los femeninos, que el autor trata de forma orgánica y natural. Sin esperpentos o aspavientos. Personajes fuertes, de construcción robusta y que funcionan a la perfección y son el eje sobre el que pivota la historia. 

Lo más destacable para mí es el modo en que interactúan los personajes. Todos experimentarán una evolución. Todos, principales y secundarios, no serán la misma persona una vez terminada la novela. 

Por último, algo que no puede quedar sin reseñar es el sentido del humor presente en la obra. Gómez-Jurado nos hará reír en muchos momentos. Personajes como el inspector Gutiérrez y la abuela Scott (ese personaje que está por explotar), nos sacarán carcajadas en medio de situaciones de tensión, creando un gran clima y una atmósfera agradable para seguir leyendo.


Disgustos

La trama vuelve a ser algo lineal, aunque en menor medida que en Reina roja.

La manera en la que se descubre el problema principal de la novela y se resuelve el misterio principal es demasiado repentina para mi gusto. Me hubiera gustado algo más elaborado. Aunque en la mente de Antonia Scott nos dejan más que claro que los monos dentro de su cabeza son capaces de cualquier cosa.


Valoración 9 /10 

Loba negra es la continuación perfecta a la historia que comienza en El paciente, Cicatriz y continúa con la saga de Reina roja. Dicho lo cual: cambia mucho la lectura de la saga de haber leído antes El paciente y Cicatriz, especialmente Loba negra. La novela contiene multitud de referencias a ambos libros. No resulta determinante, pero la experiencia de lectura cambia totalmente si has leído ambos libros. De  no hacerlo, pasarás por alto varios datos que son bastante relevantes, aunque no son necesarios para comprender la historia en sí misma.

Con respecto a la valoración de la novela, vemos de nuevo un libro en el que Juan Gómez-Jurado saca a relucir su maestría técnica, exhibiendo un amplio abanico de recursos narrativos. En esta ocasión, la narrativa es algo más compleja y es de agradecer. Veremos varias tramas entrelazadas entre sí, que irán ganando en complejidad a la vez que los propios personajes. Junto con los ya conocidos Antonia Scott y Jon Gutiérrez, veremos un surtido de personajes variados y muy carismáticos. Bien construidos y con una voz muy bien diferenciada, cómo interactúan los personajes entre ellos será uno de los reclamos fundamentales de la novela. Un narrador en tercera persona irá guiando la acción de los personajes hacia un final sorprendente, del que el propio autor nos vuelve a pedir que no hablemos y protejamos su secreto.

Algo curioso es que la primera página de ambas novelas es prácticamente idéntica. También la primera página del primer capítulo tienen estructura similar. Me pregunto si en Rey blanco volverá a repetirse la misma estructura y a qué es debido.

Una novela entretenida, con personajes carismáticos y con una trama  más retorcida que en Reina roja. Un libro con el que reiremos y nos pondrá en tensión por igual. Sin duda muy recomendable. Juan Gómez-Jurado vuelve a conseguir engancharnos a una trama y a unos personajes del los que querremos saber más y más, y con un dúo protagonista que sin duda la mar de efectivo a nivel narrativo.

Un libro de lenguaje ameno y lectura fácil que devoraremos en poco tiempo. Con muchas ganas de seguir con el que parece que es el último paso para terminar la saga: Rey blanco.


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