domingo, 20 de febrero de 2022

La casa infernal - Richard Matheson


Argumento
En 1940 una expedición de cinco personas se internó en la infame Casa Belasco para desentrañar los misterios de la que era considerada como la casa más peligrosa del mundo. Sólo uno de ellos consiguió salir con vida. Treinta años después, el millonario Rolf Randolph Deutsch contrata a cuatro extraños, entre ellos el único superviviente de la masacre de 1940, para demostrar la existencia de la vida después de la muerte.

Personajes
La casa infernal sigue la fórmula planteada por Shirley Jackson en La maldición de Hill House: un grupo de cuatro personajes acude a una mansión encantada para probar la existencia de actividad paranormal. La composición del grupo es similar: un académico, dos personas que han tenido contacto con lo sobrenatural y alguien adicional. El propósito de este grupo es probar la existencia de actividad paranormal en la llamada mansión Belasco, la casa infernal, en la que han ocurrido cientos de episodios terribles cuando su dueño vivía. Una vez que el propietario, la casa infernal ha sido visitada por multitud de curiosos, siempre con final terrible. La novela transcurre 30 años después de la visita del último grupo que visitó la mansión, del que murieron todos salvo un famoso médium que pasa a formar parte de los protagonistas. 
La trama principal comienza en el momento en el que un millonario decide contratar al doctor Barret para probar la existencia de actividad paranormal y su posterior eliminación en la mansión Belasco. En el momento que Barret acepta le comunican que sus acompañantes a la casa serán dos médiums importantes en la historia de la novela: Florence Tanner, una médium mental con cierto renombre y que cree entender lo que ocurre en la casa, y Ben Fischer, la persona que sobrevivió a la última expedición a la mansión y que posteriormente se convertiría en el médium físico más importante de la historia de Estados Unidos. La esposa de Lionel Barret, Eddith, decide unirse al grupo de protagonistas para acompañar a su marido.


Técnica
La primera diferencia con Hill House es el uso de un narrador omnisciente, aunque ambas novelas comparten el tono directo y el uso del tiempo pasado. Matheson usa un lenguaje ameno la mayoría del tiempo en su relato. Con una prosa escueta y efectista, nos pondrá en situación de qué ha ocurrido en la espantosa mansión Belasco en el pasado y cuál será la trama principal de la novela: probar la existencia de actividad paranormal. Un millonario forma un grupo de investigadores con ese objetivo. Cada personaje cumple un rol fundamental, cuentan con una voz diferenciada y es sencillo empatizar con ellos. La atmósfera de la casa está muy bien conseguida. Nada más poner un pie más allá del umbral de la puerta principal, percibiremos como lectores que algo no encaja, que allí hay algo oscuro que vive entre las paredes de aquella mansión. 
El autor despliega una narrativa bastante impactante, con varios momentos de terror en los que los protagonistas pasarán auténtico terror. Esas escenas nos valen para conocer a los personajes. Poco a poco, a medida que vayan pasando horas dentro de la casa, iremos conociendo a los integrantes del grupo. Destaca el papel que juegan Edith y Florence en la novela. La esposa del doctor Barret es el termómetro de la trama. A través de ella veremos hasta qué punto los días en la mansión Belasco están afectando a nuestros personajes. Por su parte, Florence es la médium con la que Matheson introduce los primeros momentos de tensión en la novela, además de los primeros momentos de terror. Matheson crea una atmósfera tensión que agobia y oprime, especialmente en la primera mitad de la novela. Sin embargo, como lector tuve la sensación de que el terror va disminuyendo poco a poco a medida que pasan las páginas me iba a acostumbrando a lo que ocurría en la mansión. Si que es cierto que los primeros momentos de terror sorprenden mucho, en las páginas finales ya los fantasmas, posesiones, etc, ni asustan ni sorprenden al haber abusado de ese recurso. 
Algo que me parece un acierto en la novela es que cada personaje tiene una motivación bien definida. El autor desarrolla a la perfección a sus personajes a través de diálogos e interacciones, tanto entre ellos como con reflexiones que mantienen en privado. Además, estos pensamientos y diálogos de los personajes también sirven de manera introductoria para futuros giros de la trama. Esto es lo más rico que tiene la narrativa de Matheson: la capacidad de expresar tantísimo en tan pocas palabras. Cómo a través de esos personajes percibimos inquietud y angustia. 
El terror empleado por Matheson es de corte más clásico. Recursos como el frío, la oscuridad o apariciones repentinas de fantasmas sin demasiada trascendencia en un ambiente más de tipo victoriano como es una casa encantada. La diferencia fundamental entre Matheson y el resto de historias clásicas de terror de la temática de casas encantadas, es la introducción de una variable nueva: un terror más intimista que se vio parecido también en Hill House. La narrativa de Matheson, como ya hizo Shirley Jackson unos años antes, trae consigo una perspectiva nueva: que ni siquiera dentro de casa los personajes están a salvo. Esta situación de alerta constante da como resultado una novela terrorífica, con unos personajes carismáticos en su mayoría. 
Por otro lado, desde el inicio es muy llamativo que el grupo de personajes no está muy unido. Esto es un punto a destacar, puesto que cada personaje cuenta con una voz y motivaciones tan características que difícilmente pueden casar con las creencias de otro. Estas asperezas se van intensificando en la novela a medida que pasen las páginas. El único personaje que no me ha encajado es Fischer, puesto que está toda la novela negándose a actuar y a no hacer nada salvo en las páginas finales. A pesar de que cuadra con el planteamiento del personaje, Fischer es un personaje inúti y que no hace nada hasta las últimas 15-20 páginas, en las que no le queda otra que tomar acción. Pero a medida que iba leyendo tenía la seguridad de que la trama no hubiera cambiado en absoluto en el 90% de la novela de no haber estado este personaje. 
El final de la novela es demasiado abrupto y repentino, con un giro esperable y algo rimbombante. Para mi gusto, no hace justicia al resto de la historia. Sin embargo, creo que dado el nivel de intensidad y tensión que propone el autor, ningún final iba a estar a gusto de todos los lectores. Por lo que no lo considero algo reseñable.

A destacar
El terror planteado por el autor. La narrativa de Mahteson infecta a sus personajes, introduciendo el terror más absoluto en la intimidad. Las historias del autor introducen tensión constante, convirtiendo la lectura en un tira y afloja entre la cordura de sus personajes y la trama planteada. La prosa de Matheson entra por los ojos de modo efectivo, sencilla y directa, para luego anidar en el pecho del lector. Una vez los personajes entren en la casa infernal, jugaremos al juego del autor, en el que el terror y la atmósfera nos mantendrán en vilo hasta el final de la novela.

Disgustos
Me hubiera gustado un poco más de desarrollo en los personajes. A pesar de que cada personaje cumple una función determinada, y que el punto fuerte de la novela no son sus personajes, se me hace difícil empatizar con los personajes más allá de imaginarme pasando por la misma situación que ellos en el momento de la novela. La casa infernal propone una dinámica de tensión en la que la empatía con el grupo protagonista se produce por el terror y angustia que viven dentro de la mansión Belasco, no por la personalidad o profundidad de los personaje, aunque esto sea gusto personal.
Esto nos lleva al siguiente punto: al no ser personajes profundos o desarrollados, sólo podemos empatizar con ellos a través del terror que experimentan. La sucesión de momentos terroríficos o de tensión acaba siendo tan corta que acabas acostumbrándote a que los personajes lo pasen mal. La comparación es inevitable con Hill House, donde ocurre justo lo contrario.

Valoración
La casa infernal es una obra fundacional del terror, un tótem que junto con La maldición de Hill House condicionó para siempre el subgénero de las casas encantadas. Richard Matheson, poco conocido por el gran público en comparación con otros autores como Lovecraft, King o Shirley Jackson, se convierte en uno de los puentes que conectan la literatura de terror clásica con el terror más moderno. No podemos entender obras como El resplandor o Nuestra parte de noche sin que aparezca alguna reminiscencia de La casa infernal. La prosa de Matheson es efectiva y directa, sin adornos. Matheson introduce la premisa de introducir el terror en una atmósfera íntima, en la que ni siquiera dentro de casa los personajes están a salvo. Esto provoca angustia constante en sus personajes y en el lector, al no saber en qué momento puede venir un momento de terror.
Los personajes están construidos de manera funcional, desempeñando un papel concreto dentro de la trama. Matheson propone una trama rica en detalles y elaborada en la que todo es posible, sin poder imaginar hasta dónde puede llegar la trama.
Matheson dejará un testigo que recogerán otros escritores. La casa infernal es una novela que pasará a la historia. Una propuesta moderna y adelantada a su tiempo, uno de esos libros que sientan las bases y una fórmula que se ha repetido hasta la saciedad en otras novelas, series y películas.
Una novela imprescindible, tanto para los fans del terror como para cualquier lector interesado en una propuesta literaria de calidad y efectiva.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Mandíbula - Mónica Ojeda

Argumento Fernanda Montero, una adolescente fanática del horror y de las creepypastas (historias de terror que circulan por inte...