Argumento
Todos los favores tienen un precio. El ex reportero Russell Avery sigue pagando por tener su licencia de investigador privado: debe encubrir a los policías corruptos de Newark.
Hasta que su amiga y activista social, Keyonna Jackson, le muestra un vídeo que no puede ignorar. Allí se ve la escena: el uso de la fuerza policial, que ha incendiado las ciudades de Nueva York, Ferguson y Cleveland. El vídeo se viraliza y la gente sale a las calles.
Valoración ✨✨
Punto de impacto es un thriller policiaco denso, narrado en estilo directo y tiempo pasado. En la prosa de James Queally reluce su experiencia como periodista, generando una narrativa sobria y discreta en primera persona.
La trama principal se desarrolla sin sorpresas y sin demasiado ritmo, apostando por la descripción y explicación detallada de cada paso, pensamiento o acción que realiza el protagonista. El único personaje que tiene algo de desarrollo es Russel Avery, un investigador privado venido a menos al servicio de la policía. El resto de personajes son secundarios planos con la función de ayudar a Russel a desentrañar el enigma: ¿por qué ha muerto el chico del vídeo? ¿Quién ha sido el autor del crimen ?
La novela recuerda más a una biografía como Mindhunter , de John Douglass , que a un thriller al uso. 😱🔪
Punto de impacto es una propuesta a la que cuesta engancharse. Esto se debe a que durante el inicio de la novela a su protagonista no le interesa la investigación. Hasta que no pasen cerca de 200 páginas, el investigador no tomará verdadero interés por el caso. Como lector, me costó mucho empatizar con un personaje al que no le interesa lo que hace, y el hecho de que el resto de personajes sean secundarios sin profundidad no ayuda a conectar con la trama. 🔎
Al hilo de lo anterior, el argumento se plantea de un modo poco acertado, en mi opinión. En una ciudad en la que la policía comete abusos y torturas día sí y día también, aparece un nuevo caso de abuso policial. Será el propio Russel el que muestre desinterés por el caso, y así lo percibe el lector hasta casi concluir la novela. Si la trama y la acción narrativa hubieran comenzado en el momento que conocen la identidad del asesino y se inicia la persecución, el resultado hubiera sido mucho más acertado. Este es el único momento de la novela en el que hay ritmo y el protagonista tiene verdadero interés por resolver el caso. Antes de llegar a ese punto, Russel divaga y duda de si vale la pena resolver el caso por un motivo más allá de mantener su puesto de trabajo. Algo parecido le ocurrirá al lector, que asiste a una propuesta de ritmo lento, sin personajes desarrollados a excepción del protagonista y en la que parece tener más importancia el marco en el ocurre la acción que la acción en sí misma.
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