Argumento
La vertiginosa secuela de El Cuarto Mono, El detective Sam Porter se sumerge en el pasado de Anson Bishop y en una nueva oleada de espeluznantes crímenes.
Tras llevar tres semanas en paradero desconocido, el cuerpo de Ella Reynolds aparece sumergido en el lago de Jackson Park. Pero, ¿cómo llegó allí, si el lago se congeló meses atrás? Y todavía más desconcertante: ¿por qué viste la ropa de otra chica desaparecida hace menos de cuarenta y ocho horas? Mientras los detectives de Chicago intentan resolver este caso, Sam Porter continúa, en secreto, la búsqueda de Anson Bishop, consciente de que la mejor manera de encontrarlo es localizando a su madre.
Cuando el capitán Dalton se entera de las actividades de Porter, lo suspende de inmediato. Sin embargo, obsesionado con atrapar a Bsishop, Porter sigue con sus pesquisas y se ve inmerso en un mundo màs escalofriante de lo que podía haber imaginado. Y es que el único lugar más oscuro que la mente de un asesino en serie es la mente de la mujer que le dio la vida.
Personajes
La quinta víctima comienza donde lo dejó el libro anterior, El cuarto mono. Aunque lo verdaderamente interesante de este libro es que los protagonistas del volumen anterior parecen hacerse a un lado para que otros brillen. En este volumen tendremos oportunidad de conocer a otros personajes con más profundidad. Esto se debe a que el detective acaba suspendido de empleo y no puede trabajar por sus compañeros. Sin embargo, el bueno de Sam se las arreglará para tener su participación importante en la novela.
Clair Norton, detective de la Metropolitana de Chicago asumirá uno de los roles principales de la investigación. Junto con Sophie Rodríguez de la unidad de Menores Desaparecidos, asumirá una de las voces de peso que resolverán la investigación. Ambas se encargarán entre otros asuntos de investigar y ayudar a los padres de las nuevas víctimas. Protectora y temperamental, la detective posee gran carácter y una determinación férrea que se traducirán en puntos de giro importantes en la novela.
Brian Nash es el compañero de Porter. De carácter alegre y bromista, Nash conseguirá sacarnos una sonrisa en varios momentos de la novela. Aunque ya tuvimos la oportunidad de conocerle en la novela anterior a través de los diálogos con Porter, Nash se vuelve a perfilar en este libro como un personaje leal, que no duda en ponerse al frente de la investigación y ayudar a sus compañeros.
Edwin Klozowski, o simplemente Kloz, es uno de los personajes que más me ha gustado de la novela. Kloz lleva el departamento de informática de la Policía Metropolitana. En este volumen tendrá mucho más protagonismo, rastreando virtualmente al nuevo sospechoso junto con las pistas que ya tenían del Cuarto Mono. Formando equipo con Nash, se encargará de revisar cámaras y las últimas actuaciones en internet tanto de los sospechosos como de las víctimas. Kloz es tranquilo y metódico. Es un tipo legal y noble que siempre apuesta por ayudar a sus compañeros. Su actuación será clave: los conocimientos y habilidades de Kloz serán uno de los puntos de apoyo para que los detectives consigan avanzar en la investigación.
El agente especial Frank Poole es el otro personaje que junto con Kloz más me ha gustado. Del FBI, un poli a la vieja usanza: duro y resolutivo. Poole no dudará en fiarse de su intuición para seguir con la investigación, aunque ello suponga contradecir a sus superiores. Tiene un gran corazón y es tremendamente inteligente. Sus conocimientos de campo, y determinación para seguir con el que todos sus compañeros piensan que es el camino equivocado, serán un elemento imprescindible para que la trama principal de la novela fragüe con varias tramas secundarias.
El hombre del gorro negro de lana es el nuevo villano de la trama. De propósito oscuro y errático, poco a poco esta figura se irá haciendo hueco en los diálogos de la jefatura de policía. Sus actuaciones conseguirán desconcertar a policías y sembrar dudas tanto en los detectives como en el lector.
La novela nos da la oportunidad de conocer a unos personajes que en el libro anterior tuvieron un papel más secundario, lo que le da al conjunto del texto unión y coherencia. Un gran acierto por parte del autor, que sale airoso de una novela con varios personajes principales con sus respectivas tramas.
Técnica
Al igual que el anterior libro de la saga, La quinta víctima propone una serie de narrativas oscuras, haciendo ver al lector que los detectives y la policía de Chicago están igual de perdidos que nosotros a la hora de investigar el caso. Esto es un punto importante dentro del canon de la novela negra en palabras de Agatha Christie: el detective nunca debe saber más que el lector. En este caso, la aparición de dos nuevas niñas asesinadas trae consigo el desconcierto de la policía y el lector: un nuevo modus operandi, más salvaje y agresivo. Una nueva forma de actuar menos premeditada que no concuerda con la actuación de Anson Bishop, el asesino conocido como El Cuarto Mono. El punto focal de la novela sigue siendo encontrar a dicho asesino, que parece pasar por averiguar más detalles relativos a la quinta víctima del Cuarto Mono: Bárbara Mckinley. A su vez, esta trama principal se subdivide en varios hilos secundarios.
Uno de los grandes aciertos del libro es darle voz a personajes que en la novela anterior fueron secundarios, asumiendo esta vez el rol de protagonistas. Cada detective tendrá una serie de tareas encomendadas, suponiendo cada uno de ellos una trama secundaria que enlaza con la principal. Una vez más, Barker conecta todos los hilos narrativos en el final a la perfección.
Por lo demás, en La quinta víctima se siguen los mismos esquemas que en la novela anterior: un tono oscuro y agrio, especialmente en los capítulos del hombre del gorro negro de lana. A pesar de ser similar a la anterior, la novela es algo más densa en su planteamiento. En un inicio parece que continuaremos con la problemática del libro anterior: atrapar a Bishop. Pero según vayan pasando las páginas iremos sintiendo cómo nos enfangamos en una investigación y trama que deben ser digeridas despacio. La sensación de ir descendiendo hasta el abismo, hasta la oscuridad más profunda, continuará hasta la mitad de la novela. Ese será el momento en el que el autor nos tire una cuerda para comenzar el ascenso. Una vez pasada esa mitad de la novela, poco a poco los detectives junto con el FBI irán resolviendo y dando pasos hacia lo que parece un final coherente. Una vez más, el final es un revés en nuestra cara. Barker vuelve a sorprender con un final de vértigo que nos agarra del cuello y sacude de pies a cabeza.
Barker hace gala de un gran trabajo de campo y documentación, arrojando una inmensa cantidad de datos que cosen y enriquecen la novela. La narrativa de Kloz y terminología informática y la trama alrededor de la sanidad con venenos y enfermedades, entre otros, nos ponen delante de un autor concienzudo con su trabajo. Barker no tiene problema en remangarse y traernos una trama alicatada con mil y una virguerías en forma de detalles que, aunque a priori podrían pasarse por alto, son uno de los pegamentos fundamentales que cosen la narrativa y la novela en su totalidad.
A destacar
La novela se sustenta sobre cuatro patas. La primera de ellas es dejar que otros personajes tengan voz y asuman roles de líder. Esto nos permite conocerlos mucho mejor, empatizar con ellos y comprenderlos. Este deseo por dotar de profundidad a sus personajes, evitando caer en un elenco de personajes planos, hace de Berker un autor polifacético: mientras que en El Cuarto Mono apenas contamos con tres personajes principales (Parker, Bishop a través de su diario y Emory). En La quinta Víctima contaremos con varios más. Todo ello dibuja una trama más rica en detalles y compleja. Todos los personajes dan su punto de vista y tienen su momento de brillo en la novela.
El segundo punto a destacar es el nivel de detalle de la novela. La novela está cosida con un sinfín de detalles, que dan credibilidad y cosen una narrativa densa y de gran calado. Kloz y su trama narrativa son el ejemplo perfecto. Vemos una novela en la que el autor ha realizado un trabajo de documentación espectacular, lo que se traduce en una novela creíble. Creeremos que Kloz es un experto en informática. Los tecnicismos, en este caso informáticos, cumplen la función de enjoyar el discurso del personaje, dando verosimilitud a sus palabras y consiguiendo que aquellos lectores que sepan de lo que se está hablando miren la novela con otros ojos.
El hombre del gorro negro de lana y el desconcierto que crea son el tercer pilar destacable en La quinta víctima. Barker consigue crear una dualidad inquietante y atrayente en la que no sabremos quién es el autor de los crímenes. Volviendo a arrojarnos la pregunta: ¿quién es Anson Bishop en realidad? ¿Quién es el hombre del gorro de lana? El contrapunto creado por el nuevo modus operandi de un asesino y la duda sobre quién se esconde detrás de los asesinatos nos mantendrá enganchados hasta el final de la novela.
El final. Tal y como pasó en El Cuarto Mono, Barker vuelve asestarnos un revés. Una bofetada que nos zarandea y nos hará tiritar. El final de la novela volverá a dejarnos con la boca abierta y con muchas ganas de concluir la saga en la siguiente y última parte de la trilogía: La sexta trampa.
Disgustos
Si esperabas un libro sobre el detective Sam Porter y sobre El Cuarto Mono, te equivocas en cierto modo. La novela es un esfuerzo titánico, y con resultado positivo, por completar todo lo que envuelve a la figura del cuarto mono: aspectos que creo que el autor considera imprescindibles, sino necesarios, para aquello que concluye en el siguiente libro. Desarrollar más al equipo de Porter, añadir una figura de villano más a la ecuación, la historia de la Bárbara MckInley y su hermana, la trama de Bishop y su madre… Todos esos aspectos que tocan a Sam Porter de una manera tangencial, pero no directamente. El resultado es tre
Aunque me parece una obra maestra, sí que he echado de menos algo más de información relativa a solucionar la trama del libro anterior: atrapar a Bishop. Sin embargo, el resultado es una novela que funciona y nos hace querer leer el siguiente volumen de la saga aún con más ganas.
Valoración: 9,5 /10
La quinta víctima es un libro que tiene un gran trabajo detrás. Barker vuelve a sacar músculo y nos trae una novela densa y oscura. Una investigación difícil en la que sudaremos tinta y sangre de la mano de un equipo de detectives, perdidos con ellos hasta dar con la pista clave para resolver el enigma del Cuarto Mono y el nuevo sujeto misterioso.
Una novela rica en detalles, esculpida con mimo y con un trabajo de documentación espectacular. El tono oscuro y su ambientación también merecen su lugar en los puntos destacables. Al igual que en El Cuarto Mono, todas las tramas que Barker nos dibuja nos mantendrán enganchados y estimulados.
Una gran novela con la que su autor afianza una historia con calado. Una trama que tendremos que digerir despacio, pero que al igual que ocurre con sus personajes: no nos dejará descansar.
Barker es un referente dentro del género, si buscas una novela negra a la que echarle el guante: El Cuarto Mono es una opción más que recomendable, y sin duda La quinta víctima sabe continuar con su legado.
Muy recomendable.
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