jueves, 10 de junio de 2021

Canción - Eduardo Halfon


Argumento

Una fría mañana de enero de 1967, en plena guerra civil de Guatemala, un comerciante judío y libanés es secuestrado en un callejón sin salida de la capital. Nadie ignora que Guatemala es un país surrealista, había afirmado años antes. Un narrador llamado Eduardo Halfon tendrá que viajar a Japón, y revisitar su infancia en la Guatemala de los bélicos años setenta, y acudir a un misterioso encuentro en un bar oscuro y lumpen, para finalmente dilucidar los detalles de la vida y el secuestro de aquel hombre que también se llamaba Eduardo Halfon, y que era su abuelo.

En este nuevo eslabón de su fascinante proyecto literario, el autor guatemalteco se adentra en la brutal y compleja historia reciente de su país, en la cual resulta cada vez más difícil distinguir entre víctimas y verdugos.


Técnica

Si tuviera que destacar una sola característica de la novela sería la sencillez. Una sencillez que nada tiene que ver con el simplismo, y que entraña una complejidad conceptual colosal.

Halfon hace gala de una destreza de auténtico maestro a la hora de presentar las escenas y personajes. Recordando a esos pintores capaces de plantear un cuadro con apenas unos pocos trazos, al autor le valen unas pocas palabras para dibujarle al lector la escena que le interesa contarnos. En esas pocas líneas de presentación conoceremos a los personajes vayan a intervenir, una descripción de la ubicación, texturas, olores y todo lo necesario para situarnos sin perder ni un detalle.

La historia transcurre en un ir y venir de recuerdos contados en primera persona por el propio Halfon, de estilo indirecto y tono más bien agridulce: con el que Halfon relata recuerdos que en una época fueron felices, pero que ahora generan cierta nostalgia. 

Comenzando en una ponencia en Japón, a partir de la cual el narrador nos irá contando la historia de su infancia, marcada por el secuestro de su abuelo. El libro cuenta con 120 páginas que son una auténtica delicia, logrando que percibamos al narrador como esos sabios que contaban historias junto a una hoguera:  sólo queremos que hable. Que hable y siga contando hazañas y recuerdos. Olores de comida en el alcázar de su familia. Un bar infecto con personajes la mar de peculiares, el humo del tabaco envolviéndolo todo, el sabor amargo del tequila… Cualquier escena cuenta un gran trabajo de minuciosa descripción. 

Halfon nos propone un elenco de personajes tremendamente humanos, en los que la frontera entre víctimas y verdugos parece haberse desdibujado hasta casi desaparecer. Un autor que hace un trabajo  por no juzgar a ninguno de sus personajes, dotándolos de gran humanidad. 

El final de la novela es una preciosidad, evocando a Sherezade. Un personaje que no quiere callar, y que usará sus palabras para defenderse de ataques. Halfon nos trae una maravilla de la literatura.


Valoración🌟🌟

Toda la obra es destacable. Canción es una de esas novelas que debe ser leída, y que invita a seguir descubriendo la obra del autor. No sólo lo que cuenta, sino el cómo y el por qué son igual de importantes. Halfon consigue tener embelesados a sus lectores, con una prosa delicada y a la vez certera como un estoque. Con trabajo de cirujano nos guiará por la historia del secuestro de su abuelo, en un contexto de guerra civil, mientras su mente y nuestra lectura discurren como riachuelos a desembocar en la historia principal: el momento en el que Halfon se encuentra como ponente ante una audiciencia que bien podíamos ser nosotros, logrando que nos situemos en ese auditorio preguntándonos por qué nos están contando esta historia, pero disfrutándola de principio a fin.


La mejor novela que he leído en lo que va de año. Una experiencia imprescindible. 


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