domingo, 26 de septiembre de 2021

Casas Vacías - Brenda Navarro


Argumento

La maternidad, que casi siempre asociamos con la felicidad, también puede ser una pesadilla: la de una mujer cuyo hijo desaparece en el parque donde estaba jugando, y la de aquella otra mujer que se lo lleva para criarlo como propio. Ubicada en un contexto de profunda precariedad física y emocional, la historia de estas dos mujeres, madres del mismo niño–un niño que primero se llama Daniel y que después será rebautizado como Leonel–y madres, además, de un mismo vacío, nos confronta con las ideas preconcebidas que tenemos de la intimidad, las violencias familiares, la desi­gualdad social, la soledad, el acompañamiento, el cuidado, la culpa y el amor.


Técnica

Brenda Navarro presenta un relato desgarrador, centrado en una maternidad que no siempre es deseada. Casas vacías retrata la vida de dos mujeres sin nombre: una es madre de un niño que un día desaparece, otra es la que se lleva a dicho niño para criarlo como si fuera suyo. 

La novela se plantea alternando los testimonios de ambas mujeres: la madre de Daniel y la madre de Leonel, el mismo niño desaparecido al que nuestras protagonistas nombran de manera diferente. La propuestas del libro radica en aspectos negativos de la maternidad: aquella que no se busca, aquella de la que nadie habla, la maternidad impuesta, la maternidad en un contexto de violencia de género, etc. Una nunca quiso ser madre, la otra siempre quiso serlo y no lo logró. Mientras el niño, deseado y no deseado a la vez por ambas, se encuentra en medio. Navarro, nos trae una deconstrucción de la maternidad, del sentimiento físico y emocional por el que pasan ambas mujeres. Un lavado de cara de todo aquello que nos han contado siempre sobre el sentimiento de ser madre, tan impuesto por la sociedad que a veces no nos planteamos sus consecuencias. La prosa de la autora dibuja un equilibrio en la figura de la madre: entre ser cruel y su bondad atribuida de forma intrínseca. 

Con un lenguaje preciso, asistimos a un relato cruel en el que ambas mujeres se desnudarán, exponiendo su dolor. Casas vacías es una novela que merece leerse despacio, reposando cada palabra. Un libro que hay que leer con el máximo respeto, haciendo bien la digestión de cada página. Brenda Navarro consigue transmitirnos sentimientos de angustia, de pesar. De cómo sus protagonistas podrían ser cualquiera y por ello no tienen nombre, porque podrían ser cualquiera. Cada frase es un misil teledirigido: un dardo que se clava en nuestra mente y nos hará reflexionar. 

Daniel / Leonel, el niño desaparecido, no habla. Además de ser un crío, es un niño autista. Y esto tampoco es casualidad. En palabras de la autora: la historia de los desaparecidos es una historia de muerte, pues así quedan quienes les buscan. Mientras que ellos, los desaparecidos, siempre quedarán vivos en el recuerdo. La novela nos hará estremecer, duele,  trasladándonos de una manera literal la desaparición de un niño bajo dos puntos de vista antagónicos en un principio y similares al final. Su autora escribe alejada del mito y de la grandilocuencia, sin hacer aspavientos ni histrionismos. Cada palabra va donde debe, cumpliendo con estética y consiguiendo un texto que funciona y que, sobre todo, transmite. Navarro hace contiuamente una referencia a una poeta polaca llamada Wislawa Szymborska, resumiendo la idea principal de la novela: 


“Podría ocurrir. Tenía que ocurrir. Ocurrió antes, después, más cerca, más lejos. Ocurrió, pero no a ti”.


Valoración

Casas vacías es una propuesta brillante. Una carta de presentación de una autora que escribe un primer libro que le augura proyección y sin duda éxitos. Un relato en el que se aborda no sólo la maternidad, sino cómo los personajes asisten a esa maternidad desde escenarios de violencia, de precariedad física y emocional. Brenda Navarro nos presenta una historia contada bajo dos voces: la de una mujer que puede ser madre y no lo desea, y la de otra que desea ser madre y no puede. 

En la narrativa reluce un gran trabajo de documentación y un gusto por lo estético, y por el contar de manera honesta los hechos no tal y como suceden, sino como podrían haber ocurrido. Los personajes cumplen con su función, bien construidos y con profundidad, y podremos ver sus deseos y anhelos, la historia de su vida, de cómo el sentimiento de culpa parece ser el ancla sobre el que pivotan ambas mujeres. 

Brenda Navarro consigue en 160 páginas tocar varios palos y dejar un recado a sus lectores, obligándonos a pensar en cómo reaccionaríamos al vernos en situaciones cada cual más trágica: violencia machista, enfermedades mentales, abandono, maltrato psicológico, la soledad más absoluta, la desaparición de un familiar… 

Un libro lúcido que duele, una novela devastadora en la que sentiremos la desazón de sus protagonistas. Una historia que debe leerse con el máximo respeto.

Sin duda, una propuesta interesante y que no dejará indiferente. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Mandíbula - Mónica Ojeda

Argumento Fernanda Montero, una adolescente fanática del horror y de las creepypastas (historias de terror que circulan por inte...