Argumento
Esta herida llena de peces indaga en la maternidad y la infancia en un contexto de violencia y transcurre en los bellos paisajes de la selva colombiana. Una madre y su niño viajan en canoa por el caudaloso río Atrato. La madre es blanca, el niño es negro. Entre manglares, frutas y trenzas, la narradora le va contando a la pasajera de al lado su infancia, sus recuerdos y cómo el pequeño llegó a su vida una mañana calurosa. La lancha avanza, la inquietud se acrecienta. La mujer preferiría no llegar o dar la vuelta.
Esta es una historia sobre el arraigo, el miedo y la maternidad en un contexto de violencia, sobre los peligros de la selva colombiana. A través del lirismo de su prosa, Lorena Salazar Masso crea una atmósfera adictiva y nos traslada a un mundo a veces onírico y otras descarnadamente realista en el que la ternura y la belleza de las imágenes salpica.
Valoración
Un relato muy bien construido a partir de recuerdos. Lorena Salazar presenta a personajes con expresiones locuaces. Una historia contada con lenguaje impecable, que consigue en pocas páginas meterse a los lectores en el bolsillo. La novela se cuenta pivotando sobre un eje central: un niño. El hijo de la protagonista: un niño con dos madres. La prosa de Salazar hace que nos zambullamos en la cabeza del pequeño, que habla como lo hace alguien de su edad: con verdades incuestionables que son casi dogmas. La novela está contada a ritmo constante, alternando la narración en presente con los recuerdos de la protagonista contados en pasado.
Un aspecto que reluce en la novela es la precisión con la que la autora cuenta el viaje de sus personajes. Las metáforas empleadas son imaginativas, certeras y acertadas como un puñal. Un recurso que la autora amolda a lo que necesita transmitir al lector. Esto reviste al relato de visualidad: cada palabra es un brochazo de pintura. Cada frase es una silueta que se perfila nítida al final de cada párrafo. Lorena Salazar nos trae un relato en el que sumergirnos, en el que oleremos el río Atrato, comeremos pacarrón y viajaremos dentro de la canoa acompañados de Carmen Emilia. Una narrativa pulida y que sin duda es uno de los mayores atractivos de la novela.
Los personajes funcionan, engarzados como joyas en esa narrativa potente que la autora dibuja. A pesar de no saber el motivo del viaje en el inicio de la historia, Esta herida llena de peces nos sienta en la embarcación y consigue cautivarnos con la belleza de su prosa. Cuando queramos darnos cuenta, estaremos embelesados con las historias de esa madre, del niño, de Carmen Emilia, de la conductora.
Esta herida llena de peces es una de esas novelas que se leen con los ojos, pero se sienten en toda la piel.
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